Batalla de Fuentes de Oñoro
A lo largo de su historia, Fuentes de Oñoro, por el hecho de estar situada en la frontera, siempre se ha visto envuelto en los conflictos y disputas entre España y Portugal. Cuenta la historia que las tropas en sus incursiones destruían todo lo que les impedía su paso y en las retiradas quemaban y destrozaban las cosechas para que nadie las pudiera aprovechar.
En los días previos a la Batalla de Fuentes de Oñoro, el Párroco Don Luis Silva, supo que los franceses se acercaban al pueblo, y ocultó los objetos de valor de la Iglesia. Terminaba de decir Misa, cuando se presentaron en su casa, robándole el cáliz con el que acababa de celebrar y todo lo que no había escondido. Aquel día el párroco y feligreses abandonaron el pueblo. No volvieron, hasta que la comarca estuvo bajo el control del General Wellington.


Sabedor el inglés del movimiento de Massena estableció su cuartel general en Vilar Formoso el 28 de abril. A primeros de mayo del año de 1.811 se mascaba la proximidad de la gran batalla.
Los días 3 y 5 de mayo se enfrentaron en Fuentes de Oñoro los ejércitos más grandes de Europa, luchando entre las calles y casas de esta Villa fronteriza, y la lucha fue tan sangrienta que los ancianos de Fuentes de Oñoro cuentan que según sus abuelos la sangre corría por la calle de la Iglesia como si fuese un regato, expresión muy acorde con la realidad, pues el suelo en aquella época estaba formado por canchales, que no dejaban sumir la sangre.
Este episodio bélico lleva siendo desde hace décadas un hecho que atrae visitas desde el Reino Unido, y en los últimos años también ha suscitado en los munícipes la necesidad de conmemorar este evento, presentando a los numerosos visitantes la recreación histórica de la Batalla de Fuentes de Oñoro, a la que acuden recreadores con sus trajes y armamento, desde varios puntos de España y desde los países contendientes (Reino Unido, Portugal, Francia, etc.).

Monumentos conmemorativos

